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Reino Unido: Brexit o muerte

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Por Eddie Ford (*)

Como era inevitable, Boris Johnson se convirtió esta semana en el 77º primer ministro de Gran Bretaña - y el quinto educado en Eton desde la Segunda Guerra Mundial (todos conservadores, por supuesto).

Johnson ganó las primarias del Partido Conservador por 92.153 votos (66%) contra 46.656, con una participación del 87,4% de los 159.320 afiliados. Quizás no la victoria aplastante que muchos esperaban, teniendo en cuenta que David Cameron ganó el 68% de los votos en las primarias de 2005, pero sigue siendo una victoria convincente.
De ahí que el 24 de julio, Johnson disfrutó de una "audiencia" con la reina, un requisito constitucional, y luego anunció el reparto de una serie de carteras en el gabinete. Este gabinete, nos dicen, pretende "reflejar todos los talentos dentro de un partido que representa a la Gran Bretaña moderna". El mismo día, por su parte, Theresa May, dimitió formalmente y el ex alcalde de Londres se dirigió a la nación por primera vez desde Downing Street, después de aceptar la invitación de la reina de formar un gobierno.

En su discurso de victoria, el nuevo primer ministro dijo que su gobierno "dinamizará" el país y "hará realidad el Brexit" el 31 de octubre Esto implicará aprovechar "todas las oportunidades" que ofrecerá con un "nuevo espíritu de se- puede-hacer". Johnson ya había comparado el Brexit con la  llegada a la luna en las páginas de The Sunday Telegraph: "... si pudieron utilizar un código informático hecho a mano para hacer una re-entrada sin fricción en la atmósfera terrestre en 1969, podemos resolver el problema de un comercio sin fricciones en la frontera de Irlanda del Norte" (21 de julio). De todos modos, mirando hacia las tierras altas iluminadas por el sol, Johnson prometió al pueblo británico que "una vez más, vamos a creer en nosotros mismos" y "como un gigante dormido vamos a levantarnos y romper las ataduras de la duda y la negatividad". Naturalmente, va a "derrotar" a Jeremy Corbyn y "unir" al país.

Theresa May, felicitó a su sucesor, prometiéndole su "pleno apoyo desde los bancos de atrás": veremos. No hace falta decir que Donald Trump está encantado con el resultado, diciendo en un evento en Washington que "un muy buen hombre va a ser primer ministro de Reino Unido" y hará el Brexit. No fue capaz de resistirse a añadir: "Lo llaman Bretaña Trump. Eso es bueno". Por otro lado, el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, de extrema derecha, felicitó a Boris Johnson por haber sido calificándo por Tony Blair como "más peligroso que la Liga" en una reciente entrevista- algo que hace a Johnson "aún más agradable", según parece.

Confianza

Ha habido mucha rumorología sobre Philip Hammond, David Gauke y otros conservadores liberales votando contra Johnson en su primer día en el cargo. Pero siempre fue muy poco probable que corriesen el riesgo de salir de las listas y facilitar un gobierno de Jeremy Corbyn, al menos en teoría, con una maniobra tan débil - que sólo podría cohesionar a la mayoría de los parlamentarios conservadores en torno al nuevo primer ministro, no socavarle.

En palabras de un crítico de Johnson en los bancos de atrás conservadores, el partido "está totalmente en contra de deshacerse de él antes de que haya hecho nada". Por esta misma razón, no tiene mucho sentido que los laboristas presenten una moción de censura, ya que está destinada a ser derrotada. Una vez dicho esto, Barry Gardiner, el secretario de comercio internacional en la sombra, dijo al corresponsal de la BBC del programa "Hoy" que los laboristas están "hablando" con los parlamentarios conservadores opuestos al Brexit sin negociar, con el fin de evaluar si apoyarían dicha propuesta, y Jeremy Corbyn ha insinuado crípticamente que podría tener "una interesante sorpresa para todos ustedes".

Es cierto que hubo un torpe intento de golpe por parte de Sir Alan Duncan, Ministro de Asuntos Exteriores y anti- Johnson declarado, que dimitió a fin de proponer un debate de emergencia en los Comunes sobre el apoyo al primer ministro, declarando "muy graves preocupaciones de que Johnson piensa con su trasero" y describe a su antiguo jefe como 'desordenado y caótico'. Duncan insistió en que no estaba tratando de deponer a Johnson, sino más bien tratando de ser "útil", poniendo fin a la especulación sobre si los parlamentarios apoyan al nuevo titular en el número 10 de Downing Street. Su propuesta afirmaba: "Esta Cámara ha examinado los méritos del nuevo líder del partido conservador, y apoya su deseo de formar un gobierno". Al final, sin embargo, su moción fue rechazada por el presidente de la Cámara, John Bercow, que según el grupo de diputados pro-Brexit conservador "Grupo de Investigación Europeo" no tiene otro objetivo que sabotear el Brexit por todos los medios posibles.

Al parecer, los descontentos de los Tory están preparados para darle a Johnson hasta el final del verano para ver si puede negociar un nuevo acuerdo con la Unión Europea que evite el Brexit sin acuerdo, pero podrían volverse más rebeldes si Johnson "trata de actuar como si tuviera una mayoría de 150 " e intenta una salida sin más el 31 de octubre, o sigue el camino de la "retórica de Trump", olvidando que el país está dividido al cincuenta por ciento  en relación con el Brexit. Huelga decir que los conservadores liberales observaran cuidadosamente los nombramientos para el gabinete, preocupados por las declaraciones de Johnson sobre los preparativos acelerados para una salida de la UE sin acuerdo. En la misma medida, los brexiters radicales han declarado que estan perfectamente preparados para "sacarlo nosotros mismos" si Johnson incumple su promesa de "Brexit o muerte" el 31 de octubre.

Con optimismo o no, Gauke cree que hay "mecanismos parlamentarios", que podrían impedir un Brexit no negociado. Que no implican "necesariamente" derribar a Johnson mediante un moción de censura - aunque no ha especificado cuales podrían ser.  Será evidente en otoño, piensa Gauke, que hay una "clara mayoría" de los Comunes que no quiere salir de la UE sin un acuerdo - pero espera un "período de gran incertidumbre" en Westminster a medida que se acerca la fecha límite del 31 de octubre.

En un tono diferente, un ex ministro y miembro de los  "amigos de Gauke" 'reconoce que Johnson podría ser como una "granada de aturdimiento del SAS" para "cegar" a los partidarios radicales del Brexit y hacerles apoyar un acuerdo que se parecen mucho al de Theresa May. Johnson se dará cuenta rápidamente, según el ex ministro, de que el acuerdo de retirada de May no está muerto y enterrado después de todo y puede ser capaz de resucitar con unos "ajustes" que le permitan pasar por el "acuerdo de Boris". La pregunta real en este escenario, es si los Brexiteers radicales son lo suficientemente "estúpidos" como para seguir oponiéndose a el cuando "al menos media docena de" conservadores están dispuestos a bloquear un Brexit sin acuerdo.."Tiene que hacer responsable a alguien", explica el ex ministro, y "la mayoría de nosotros" creemos que será Stephen Baker del Grupo de Investigación Europeo, "porque es tal vez la única persona que puede".

Pero, más allá de las intrigas e hipocresías, por el momento no hay posibilidades de un acuerdo de Brexit duro de ningún tipo, ya que el gobierno tiene una mayoría técnica de sólo cuatro escaños. Es de esperar que ese número se reduzca por 'disminución natural'. Hay una gran probabilidad de que el gobierno pierda el 1 de agosto las elecciones en Brecon y Radnorshire ante los demócratas liberales, aunque siempre existe la posibilidad de un 'efecto Boris' que permita salvarse a los conservadores. Ahí está el caso de  Charlie Elphicke, diputado por Dover, que ha caído en desgracia después de haber sido acusado de tres cargos de asalto sexual. Si es declarado culpable y hay elecciones en su distrito, lo más probable es que los conservadores lo pierdan también, dejando al gobierno con una mayoría de solo dos diputados, haciendo las cosas muy difíciles.

¿Qué va a ocurrir? Todo señala que habrá lecciones generales en septiembre, octubre o noviembre. Si son en noviembre, ya habrá tenido lugar el Brexit. De otra forma, es obvio que los Tory sufrirán la presión de Nigel Farage y su partido pro-Brexit. Los conservadores tienen que ir a las elecciones sobre la base de que van a llevar a cabo el Brexit y que necesitan para ello una mayoría parlamentaria antes y después. Cualquier otra cosa sería simplemente un desastre para los Tory.

Sí, como muchas personas han señalado, Boris Johnson es un cínico y un oportunista - por ejemplo, escribió tres artículos para The Daily Telegraph no mucho antes del referéndum, defendiendo todos los escenarios. Todo esto es absolutamente cierto, pero a veces cuando los políticos se comprometen a algo que se identifique con una política, la personifican. Francamente, la idea de que Johnson podría desdecirse el 31 de octubre y decir que sólo había estado bromeando ante la bases del partido para convertirse en primer ministro es totalmente increíble. Se achicharraría y quedaría como un mero charlatán. No tiene más remedio que luchar por un Brexit con todas las consecuencias y el resultado sellará su destino político para bien o para mal. En otras palabras, es hora de empezar a tomar en serio el Brexit sin acuerdo porque no es un resultado imposible, especialmente teniendo en cuenta el entusiasmo de Trump por el proyecto.

¿Qué sigue?

David Cameron no convocó el referéndum porque quería 'consultar' a la gente en un noble ejercicio democrático. Gracias a la arrogancia natural propia de un ex miembro del Bullingdon Club, dio por seguro que ganaría la opción de  'permanecer' - después de todo, el referéndum tenía como objetivo la neutralización del Partido de la Independencia del Reino Unido y hacer frente a su propia ala derecha, además de dividir al Partido Laborista. Pero las cosas no funcionaron como estaba previsto. No en vano, John Major llamó a Cameron el peor primer ministro de la historia: casi pierde Escocia y provocó el caos del Brexit, que todavía tiene mucho camino que recorrer.

La semana pasada se aprobó la Ley de Irlanda del Norte, cuando los partidarios de un Brexit sin acuerdo incluyeron astutamente un informe quincenal al parlamento - una enmienda que ganó por 41 votos. Nunca se ha probado antes, pero la idea es que el Parlamento no puede ser disuelto, ya que tiene que hacer el seguimiento de las negociaciones en curso en  Stormont. Tengo muchas dudas  de que el primer ministro se deje atrapar por semejante mecanismo - no parece haber ninguna manera de detener el reloj.

Ha habido historias o fantasías acerca de un 'parlamento alternativo' sentado al otro lado de Westminster. ¿Para qué serviría? Bercow podría excitarse bajo su disfraz de presidente de la Cámara, acusando a Johnson de actos vandálicos, pero en última instancia, disolver el parlamento no sería inconstitucional, ilegal y mucho menos - incluso si John Major y Gina Miller piden un dictamen judicial para ello. Sí, una maniobra de esta naturaleza sería constitucionalmente incómoda. Pero la reina, siguiendo el consejo de su primer ministro, tiene el poder de disolver el parlamento. Puede negarse, por supuesto, pero sería aun más  extraño - no disolver el parlamento probablemente causaría una crisis mayor que hacerlo. Ciertamente no estamos al borde de una guerra civil, con Bercow a punto de enfrentar a su "ejército modelo" como Cronwell contra los nobles de Boris Johnson. Pero estaríamos en un territorio político muy peligroso para los de arriba - como demuestra el hecho de que personajes del sistema como John Bercow, John Major, Tony Blair y Gordon Brown, por no mencionar que el Financial Times, Telegraph, la BBC, etc, hablan ya de una posible crisis constitucional.

Como están las cosas en este momento, el único camino viable para Johnson es convocar unas elecciones generales más temprano que tarde (con un resultado totalmente imprevisible) o pedir tiempo para a continuación convertir las elecciones en una especie de 'referéndum de confirmación' o la 'última palabra'. Después de todo, ¿un nuevo gobierno laborista cancelaría un Brexit que ya ha tenido lugar o buscaría volver a reincorporarse a la UE? Claramente, todo podría pasar. No hay que descartar que la reina, al ver a Johnson en minoría en el Parlamento, sea aconsejada para designar a otro candidato para dirigir un gobierno de unidad nacional.

En estas volátiles condiciones, es absolutamente esencial recordar a la izquierda que los asuntos constitucionales son importantes. Una política de clase no es sólo huelgas y manifestaciones, por muy militantes que sean, sino luchar por reformas democráticas profundas: terminar con la monarquía, la Cámara de los Lores, un primer ministro presidencialista, la iglesia oficial establecida, el ejército permanente y toda esa basura.

(*) Eddie Ford es un analista poli´tico brita´nico, especializado en asuntos internacionales y estrate´gicos que suele contribuir a la revista Weekly Worker.

Fuente: Weekly Worker, 25 de julio 2019

Traducción: G. Buster


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