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Bernie: La libertad es un valor socialista democrático

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Por Paul Heideman (*)

Ayer [12 de junio, N. de la R.], en su discurso sobre el socialismo democrático, Bernie Sanders se negó a aceptar la libertad como un valor de la derecha y expuso el modo en que el capitalismo limita la libertad de los trabajadores de a pie.

El último alegato en favor del socialismo democrático de Bernie Sanders supuso un ataque frontal a muchos de los clichés que gobiernan la política estadounidense. Ya su propio título, "Por qué el socialismo democrático es la única manera de derrotar a la oligarquía y al autoritarismo'', provocó la risa y la incomprensión de sus principales competidores en las primarias demócratas. El senador por Colorado Michael Bennet, uno de los tantos candidatos mediocres (e indistinguibles) que atiborran el campo demócrata, le dijo a un reportero: "No creo que el pueblo estadounidense sepa ni siquiera qué significa eso (...) En mis town halls [1] nadie habla de socialismo democrático versus oligarquía y autoritarismo''.

Si bien es siempre edificante ver a un político hablar sobre lo que sus votantes no comprenden, Bennet habría hecho bien en ir más allá del título del discurso de Sanders y escuchar su contenido. El núcleo del discurso abordó aquellas cuestiones que la mayoría de los votantes entienden de hecho demasiado bien: la deuda médica, el rápido aumento del precio de la vivienda, el exceso de trabajo y los empleos que, literalmente, roban la vida a los más pobres.

En todo caso, lo más remarcable de la reflexión de Sanders sobre tales cuestiones fue la forma en que las planteó. Todas estas injusticias del capitalismo, arguyó, son de hecho una violación de la libertad de las personas.

Durante mucho tiempo, la libertad parecía parte del terreno ideológico de la derecha. La famosa defensa del capitalismo de Milton Friedman se tituló "Capitalismo y libertad''. Y muchos en la izquierda cayeron en tal idea, concibiendo la libertad y la elección como "valores burgueses'', incompatibles con el socialismo, y, por lo tanto, rechazándolos.

El resultado de esto, claro, fue adquirir una actitud defensiva. En lugar de argumentar que el capitalismo estaba violando los valores que la gente defendía, muchos, demasiados, izquierdistas sostuvieron que la gente debía cambiar de valores. Como era de esperar, pocos se convencieron de tal cambio.

En su discurso de ayer, Sanders tomó el enfoque opuesto, preguntando:

¿Acaso eres libre, si no puedes ir a un médico cuando estás enfermo, o te enfrentas a la bancarrota cuando sales del hospital?

¿Acaso eres libre, si no puedes pagar el medicamento que te han recetado, y que necesitas para seguir vivo?

¿Acaso eres libre, cuando gastas la mitad de tus escasos ingresos en alojamiento, y te ves obligado a pedir dinero prestado a una tasa de interés del 200%?

¿Acaso eres libre, si tienes ya setenta años y te ves obligado a trabajar porque no tienes una pensión, o bien no tienes dinero suficiente para jubilarte?

¿Acaso eres libre, si no puedes asistir a la universidad o a una escuela profesional porque a tu familia le faltan ingresos?

¿Acaso eres libre, si te obligan a trabajar sesenta u ochenta horas a la semana porque no puedes encontrar un trabajo con un salario digno?

¿Acaso eres libre, si eres una madre o padre con un bebé recién nacido, pero te ves obligado a volver a trabajar inmediatamente después del parto porque no tienes un permiso pagado?

¿Acaso eres libre, si eres propietario de un pequeño negocio, o un agricultor, y eres expulsado por las prácticas monopolísticas de las grandes empresas?

¿Acaso eres libre, si eres un veterano de guerra, si arriesgaste tu vida para defender este país, y ahora duermes en la calle?

Con todo esto, Sanders apuntó hacia uno de los dogmas centrales del capitalismo contemporáneo: que este promueve la libertad.

Pero la mayoría de los estadounidenses, de hecho, no lo viven así. La deuda estudiantil no transmite sensación de libertad. Tampoco la da perder el seguro de salud cuando cambias de trabajo. Racionar la insulina porque es demasiado cara no es lo que la mayoría de la gente tiene en mente cuando piensa en la libertad. Bajo el capitalismo, la libertad es un valor que, para la mayoría de nosotros, nunca se dará.

El énfasis de Sanders en la libertad como valor socialista le permite también conectar con varias de las manifestaciones que toman las patologías del capitalismo. Cuando habló sobre el auge de líderes autoritarios como ViktorOrbán o Jair Bolsonaro, no los describió como "populistas'' iliberales, sino como manifestaciones alternativas de la misma amenaza a la libertad que supone el 1% en los Estados Unidos. Cuando aplaudió a las mujeres que luchaban por el derecho al aborto o a los inmigrantes que luchaban contra la máquina de deportación y detención, celebró sus luchas como diferentes frentes en el esfuerzo por expandir las libertades de las personas.

Sanders se niega a ponerse a la defensiva con su reivindicación del socialismo democrático. Los adversarios capitalistas de Sanders conciben este punto como su debilidad clave. Pero, confiando en que han encontrado su punto flaco, bien puede ser que estén subestimando la precisión con la que él ha identificado los de ellos.

NOTA:

[1] Un town hall es un evento en el cual un candidato se reúne con ciudadanos de a pie para responder a sus preguntas e inquietudes.

 

(*) Paul Heideman es doctor en estudios americanos por la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey.

Fuente: https://www.jacobinmag.com/2019/06/bernie-sanders-democratic-socialism-freedom

Traducción: Oscar Planells


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