bitacora
ESPACIO PARA PUBLICIDAD
 
 

El desequilibrio. El triunfo ortodoxo en el Partido Socialista

imagen

Por Esteban Valenti (*)

Si algo le faltaba a la nave del Frente Amplio para escorarse todavía más peligrosamente, el triunfo en toda la línea del sector ortodoxo del Partido Socialista encabezado por Gonzalo Civila y Daniel Olesker es un peso más y de grandes proporciones. No por su número votaron 2.600 personas, sino porque se suma al MLN-MPP, al Partido Comunista y ahora el Partido Socialista, nada menos que el partido del pre candidato Daniel Mártinez.<

Si algo le faltaba a la nave del Frente Amplio para escorarse todavía más peligrosamente, el triunfo en toda la línea del sector ortodoxo del Partido Socialista encabezado por Gonzalo Civila y Daniel Olesker es un peso más y de grandes proporciones. No por su número votaron 2.600 personas, sino porque se suma al MLN-MPP, al Partido Comunista y ahora el Partido Socialista, nada menos que el partido del pre candidato Daniel Martínez.

Del otro lado no hay absolutamente ninguna señal de crecimiento y de presencia del Frente Liber Seregni, al contrario, las malas noticias económicas de esta semana, golpean en la línea de flotación, al principal activo de los gobiernos del FA, los resultados, pero en especial a Danilo Astori y los grupos que lo acompañan. A lo que se agrega el bochornoso tema de los derechos humanos, a través de la homologación de los fallos de los Tribunales del deshonor militar por la Presidencia de la República. Los DD.HH. siempre fueron un tema muy sensible en el FLS.

Imaginemos por un momento, mejor dicho tengamos una pesadilla: un presidente de la república, sin partido o con un partido ultrificano, con una importante mayoría de los sectores ultras en el FA, sin mayoría parlamentaria y con una compleja situación económica, social, de la seguridad y de la enseñanza. Catástrofe en puerta. Ese es el panorama para la izquierda uruguaya en el 2020.

Para aquilatar el cambio de la secretaria general de Mónica Xavier por Gonzalo Civila, hay que al menos conocer al personaje. Aclaremos que no tenemos ningún cuestionamiento ético o moral. Algo que hay que aclarar en estos tiempos, se trata de diferencias políticas e ideológicas profundas y fundadas en su trayectoria, sus declaraciones y sus posiciones.

Luego del apoyo del Partido Socialista a la candidatura de Astori, Gonzalo Civila, en ese entonces secretario político del seccional 5 del PS pidió licencia y no militó en absoluto durante toda la campaña electoral de las internas, violando la disciplina partidaria, lo que da una idea de la profundidad de las diferencias con el FLS y los sectores no ultras del FA.

La noche de la victoria de Mujica apareció en el local de Marcos Carámbula, que había obtenido un magro 8% y un lejano tercer lugar.  En el 47º  congreso del PS, realizado en el cine Plaza, un integrante de la lista 3, liderada por Manuel Laguarda denunció el hecho en el plenario del congreso. Se subió a la tribuna y dijo con todas las letras que Gonzalo Civila había pedido licencia cuando la campaña de Astori y que no había aparecido en todo el período y que la noche de la elección estaba con Carámbula. Civila pidió la palabra y como no se la dieron, se retiró del congreso junto con toda la departamental de Montevideo. Regresaron al otro día cuando se discutieron las tesis.

En todos los temas en debate en el Frente Amplio, dentro del Partido Socialista y en la bancada del FA sus posiciones fueron de respaldo a las posiciones ultras y de crítica a la política económica y a muchas otras políticas del gobierno. En eso hay que reconocerle que a diferencia de unos cuantos, no fue un dócil defensor de todo lo oficial. Sus posiciones coincidieron en temas claves con el bloque ultra.

Digo ultra para ponerle un nombre, porque en los cinco años del gobierno de José Mujica, es difícil rescatar una sola política o medida ultra. Es solo elegir una palabra para designarlos. Lo único ultra que proponen es aumentar los impuestos y hacer crecer el Estado, hasta que reviente.

No uso la palabra "radical" porque no considero en absoluto que esas posiciones vayan a la raíz de los problemas - y eso significa "radical" - sino que se basan en definiciones de ultra izquierda. Aclarando que nunca creí que ser ultra implicaba ser más de izquierda, sino más primitivo y básico en la interpretación del pensamiento socialista y de izquierda.

También es bueno recordar que Daniel Olesker que en ese momento era consejero económico de Tabaré Vázquez en el año 2002- 2003 fue el promotor del apoyo de Vázquez al default, un desatino y grave error, detenido afortunadamente dentro del FA por Astori. Para no recordar su desastroso papel en las elecciones de 1999 con sus declaraciones sobre el IRPF. No se equivocó, dijo lisa y llanamente lo que pensaba. Que estaba y sigue estando muy lejos de la reforma fiscal aprobada en el primer gobierno del FA.

Otro rasgo político definitorio de Civila fue su apoyo entusiasta al Kirchnerismo, hasta llamarla la "década ganada" en twitter. Es toda una definición.

Considerando estos antecedentes ¿cómo se logra conciliar la actual alianza PS - Asamblea Uruguay apoyando a Daniel Martínez? Pero hay algo mucho más complejo y grave, la influencia del Partido Socialista en la lucha de ideas, en la construcción ideológica, programática y cultural de la izquierda uruguaya. Y es eso que ha sido profundamente afectado.

En una columna que escribí cuando los socialistas decidieron apoyar a Astori en el 2009, afirmé: "El apoyo del Partido Socialista a la candidatura de Astori a la Presidencia de la República nos obliga a un análisis profundo y serio. No por razones de su fuerza electoral, que la tienen, o de su aparato político que también lo tienen, sino por razones diferentes, de conceptos, de futuro para la izquierda uruguaya"

"¿Es posible pensar en una reflexión desde un futuro gobierno y desde el partido de izquierda que ese gobierno sin la participación de los socialistas? Uno de los problemas más graves que enfrenta a nivel mundial la izquierda no es el de las sensibilidades que siguen siendo las mismas, sino la precisión y profundidad de sus ideas y sus elaboraciones. El peligro más grave es la confusión."

En algo me equivoqué, en varias partes del mundo, fuerzas que se llaman de izquierda, incluso comprometieron sus sensibilidades que fueron devoradas por la práctica y la ideología del poder por el poder mismo. En América Latina tenemos ejemplos evidentes y terribles: Venezuela, Nicaragua, Argentina.

Este cambio, este retroceso en la dirección del PS agrega confusión, mucha confusión y desequilibrio.

Y concluía mi columna en Bitácora hace 10 años: "En última instancia la izquierda consumirá lo que ella misma produzca, si nos acostumbramos al fast food cultural e ideológico, seremos prisioneros de nuestra propias limitaciones y de horizontes cada día más acotados y grises. Esta es una batalla que requiere del aporte de todos, en junio y en octubre y por ello mismo debemos asumir la especificidad, la riqueza, la diversidad de todas las identidades."

La "comida rápida" cultural e ideológica, son las frases hechas, los caminos trillados y fracasados en otras latitudes, el relato falso que no indaga a fondo en la verdad, en la realidad, en una búsqueda permanente. Y la falta de rigor.

El Frente Amplio en su conjunto ha sufrido un nuevo retroceso, un nuevo gobierno del FA con este desequilibrio, con esta absoluta incapacidad para la autocrítica, con los nuevos impulsos ultras que se vienen para afrontar problemas que requieren de una gran audacia, inteligencia y espesor ideal e ideológico es un grave peligro.

Hay una pregunta obligada ¿Por qué avanzan dentro de la política y de la izquierda estas corrientes? Es notorio que el número de votantes en las elecciones del PS fue exiguo, esa es una de las causas, una parte de los militantes socialistas y frenteamplistas se han replegado, se van a sus casas, se alejan de la política y quedan los más tenaces, los que consideran que tienen la verdad en un puño. ¿Cuántos cuadros y militantes ha perdido el PS en los últimos años?

¿Cuánta influencia tuvo ese drenaje en cantidad pero también en calidad en el desplazamiento ortodoxo del Partido Socialista?

¿No sucede exactamente lo mismo en el conjunto del Frente Amplio? ¿Nos tenemos que resignar a ese retroceso político, organizativo y cultural de los partidos y fuerzas de izquierda o se necesita una profunda reflexión crítica? ¿Es posible hacerla desde el poder, con los funcionarios como actores centrales y excluyentes en los organismos de la izquierda?

Y las consecuencias no son teóricas, o dentro del FA, tienen directa relación con la debilidad creciente del FA para poder conducir este país, para resolver alguno de los graves problemas que nos aquejan. Tiene que ver con nuestras vidas.

El repliegue evidente y creciente del sentido crítico no es una enfermedad, un vicio, es la consecuencia de un deterioro de las bases intelectuales e ideológicas del pensamiento avanzado, de izquierda. Y en ese clima, las "verdades ortodoxas" germinan y empujan todavía más la derrota de la izquierda. Una derrota histórica.

El equilibrio en el FA no era solo ni principalmente la base de un sistema electoral, sino la expresión del bloque político, social y cultural de los cambios. Un concepto repetido y muchas veces mal entendido. El copamiento del FA por la actual coalición MPP-PCU a la que se sumará entusiasta el PS, es la expresión de un profundo debilitamiento de ese bloque y en particular de su riqueza casi única en el Uruguay.

Ya tendremos oportunidad de comprobarlo dolorosamente.

Gramsci dijo algo que tiene mucho que ver con esta época de contrarreforma: "El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos".

(*) Periodista, escritor, director de UYPRESS y BITACORA. Uruguay


Atrás

 

 

 
Imprimir
Atrás

Agrandar texto

Achicar texto

linea separadora
rss RSS