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Emanuele Felice / Economista E Historiador. “El gobierno italiano aspira a dinamitar la construcción europea”

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Por Steven Forti (*)

El laboratorio populista italiano sigue ofreciendo titulares.

Tras el cierre de los puertos y la mano dura contra los migrantes, a finales de septiembre se ha aprobado el Documento de Economía y Finanzas (Def), definido enfáticamente "Presupuesto del pueblo" por parte del Gobierno formado por el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga de Matteo Salvini. El Def establece el déficit para el próximo trienio (2,4% para 2019, 2,1% para 2020, 1,8% para el 2021) y es la base para la elaboración de los presupuestos que se presentarán en el Parlamento a finales de octubre. La reacción de la Comisión Europea ha sido muy dura, ya que no se respeta el déficit que se había pactado (1,6% para 2019) y que el ministro de Economía, el independiente Giovanni Tria, había prometido. Además, se incrementa el gasto corriente sin previsiones de mejoras para una economía italiana que sigue estancada. El ministro del Interior, Salvini, ha afirmado que desafiarán a Bruselas todas las veces que haga falta, mientras que el líder de los grillini Luigi Di Maio, ministro de Desarrollo Económico, Trabajo y Políticas Sociales, ha llegado a declarar que con el Def se ha "abolido la pobreza". Pero, ¿qué está pasando realmente? ¿Qué establece el Def y adónde va el Gobierno italiano? ¿El riesgo de default, con salida del euro incluida, está detrás de la esquina, como auguran algunos? Y, por otro lado, más allá de las declaraciones populistas de los miembros del ejecutivo, ¿el Def contiene medidas progresistas o no?

 

Lo hablamos con el economista e historiador Emanuele Felice, profesor en la Universidad de Pescara. En los últimos años, Felice, que es también colaborador de La Repubblica y L'Espresso, ha publicado algunos libros imprescindibles para entender la historia y la actualidad económica italiana, como Perché il Sud è rimasto indietro (2013) y Ascesa e declino. Storia economica d'Italia (2015). De su último libro, Storia economica della felicità (2017), la editorial Crítica está a punto de publicar una versión en castellano.

 

¿Qué cambia respecto al pasado con el Documento de Economía y Finanzas (Def) presentado por el Gobierno italiano?

 

Prácticamente nada. En realidad desde los años setenta, excepto breves interrupciones, la estrategia de crecimiento de las clases dirigentes italianas, con el consenso de una buena parte de los ciudadanos, se ha basado en el gasto corriente, es decir déficit, con fines electorales y en perjuicio de las reformas y las inversiones. Basta con ver la situación actual. Hoy la renta media de España, en paridad de poder adquisitivo, ha superado la de Italia. Piénsese en la diferencia de hace tan sólo cuatro décadas. Y, no se olvide de que España está sometida a las mismas reglas que Italia.

 

Los ministros grillini han definido la aprobación del Def como el  "presupuesto del pueblo", y han llegado a afirmar que se ha "abolido la pobreza". ¿Es sólo propaganda o hay algo de cierto en estas declaraciones?

 

Obviamente se trata de propaganda. Pero sí, hay también algo cierto: la llamada renta de ciudadanía redistribuye recursos a los más necesitados, al menos teóricamente. El problema es cómo lo hace. En muchas zonas el riesgo es que convierta en doblemente conveniente el trabajo en negro. El complejo sistema de controles y reglas que se anuncia podría ser fuente de un nuevo voto clientelar. Además, en comparación con los otros países desarrollados, Italia tiene un problema serio: hay pocos graduados universitarios y, de los pocos que hay, un número no desdeñable se marcha al extranjero. Este es quizás el obstáculo principal de cara al futuro. Y, en esto, la renta de ciudadanía podría empeorar aún más la situación: los jóvenes que aún no se han graduado, y que no quieren emigrar, tienen menos incentivos para seguir los estudios. Mirándolo desde esta perspectiva, estamos delante de una propuesta que, a largo plazo, podría reducir aún más la capacidad italiana para producir riqueza. Se puede acentuar más el declive del país. Nada nuevo bajo el sol, por otro lado. Por último, la propuesta lanzada por el vicepresidente Di Maio para controlar la manera en que se gasta esa renta es simplemente una locura. Algo que recuerda un estado totalitario, una verdadera distopía que se transforma, tristemente, en realidad.

 

El Def ofrece claves para entender hacia dónde avanza el Gobierno italiano, pero no es el documento definitivo. ¿Qué encontraremos al final en los presupuesto para 2019?

 

La renta de ciudadanía y la abolición de la reforma de las pensiones [la ley Fornero, aprobada en 2011 durante el Gobierno Monti], aunque no se sabe todavía de qué manera. Posiblemente se incluirá también una flat tax o una dual tax muy limitadas, ceñidas a los autónomos. De momento, las inversiones son en realidad fondos ya asignados por los anteriores gobiernos y con el visto bueno de la UE que esperan sólo que se utilicen.

Los programas económicos de Liga y 5 Estrellas van en direcciones opuestas. Salvini defiende menos impuestos, mientras los grillini hablan de renta de ciudadanía y de medidas asistencialistas. ¿Cómo pueden ir juntas estas propuestas?

 

En realidad pueden ir juntas si hay suficiente dinero. El problema es que a día de hoy no hay dinero ni para una mediada ni para la otra, al contrario de lo repitieron los dos partidos durante la campaña electoral. Vale la pena recordar que los 5 Estrellas hicieron creer que la renta de ciudadanía se podría cubrir simplemente eliminando los gastos innecesarios y los "privilegios de la casta". Por esto, entre otras cosas, se convirtieron en el primer partido italiano. ¡Y ahora que están en el gobierno se dan cuenta de que ese dinero no existe! Obtuvieron esos votos gracias a una campaña irresponsable y ahora, para mantener esas promesas, defienden una política económica como mínimo imprudente. ¿Han sido errores cometidos por mala fe o ineptitud? Es difícil contestar a esta pregunta.

 

Acerca de la renta de ciudadanía propuesta por el M5E, muchos sostienen que no es nada más que una especie de subsidio de desempleo. ¿Cuál es su opinión?

 

No es una renta de ciudadanía o una renta básica. Sería más correcto llamarla "renta de inclusión condicionada", porque está condicionada a la búsqueda activa de trabajo. De todos modos, esto no me parece un problema. Una medida de este tipo la había introducido el anterior gobierno de centro-izquierda, aunque con un presupuesto menor del que se está hablando ahora. En principio, ampliarla es positivo.

 

Algunos sectores de la izquierda europea, si bien no comparten las políticas de Salvini sobre seguridad e inmigración, consideran que el Gobierno italiano es, de momento, el único que pone en discusión las reglas dictadas por Bruselas. ¿Es realmente así?

 

Quizás sí. Sin embargo, no me parece que el Gobierno italiano, por la manera en que se presenta y por su misma vocación -no olvidemos que la Liga es un partido de extrema derecha aliado con otros partidos de extrema derecha en Europa-, pretenda crear una Europa social, un estado del bienestar europeo y un gobierno de los ciudadanos europeos sobre el gasto público, es decir los que deberían ser los objetivos de la izquierda. Una parte de este gobierno aspira más bien a dinamitar la construcción europea, a hacernos regresar a una situación muy parecida a la Europa de los años treinta del siglo XX. Exactamente lo contrario de lo que debería ser la aspiración de la izquierda europea. 

 

La respuesta de Bruselas a la aprobación del Def ha sido muy dura, con una carta de la Comisión Europea al ministro de Economía, Giovanni Tria, en la que pide respetar las reglas de déficit. La prima de riesgo ha superado los 300 puntos, pero luego ha bajado. A finales de octubre llegarán las notas de solvencia de las agencias internacionales de ratings. ¿Existe el riesgo de un default italiano? ¿O de una salida del euro?

 

La respuesta de Bruselas ha sido estúpidamente rígida, como siempre. Una vez más, acaba favoreciendo a los soberanistas: la Liga y los 5 Estrellas pueden así afirmar, aunque no sea verdad, que detrás del aumento de la prima de riesgo hay maniobras de los tecnócratas europeos. Si quiere pararle los pies a los nacional-populismos y salvar la construcción europea, Bruselas debería superar la ortodoxia financiera. Y debería evitar caer en la trampa del muro contra muro que practican, por razones de consenso interno, algunos miembros del Gobierno italiano. Bruselas, por ejemplo, habría podido dejar unos márgenes: sí a la superación del 2% del déficit, pero sólo para inversiones, y no para gastos como se está haciendo. Esto habría permitido desenmascarar las contradicciones del actual programa de Gobierno. Me parece que los mercados han sido muy claros, pero ese es su trabajo. También por eso la rigidez de Bruselas es inútil y contraproducente. De todos modos, en los próximos meses, no creo que haya un riesgo de default italiano o de un Italexit. El problema podría presentarse el año que viene, cuando termine muy probablemente la política favorable de Mario Draghi en el Banco Central Europeo (BCE). 

 

Italia es uno de los países cuya economía crece menos en Europa. La deuda pública sigue al 130% del PIB. La emigración juvenil ha aumentado mucho en la última década. ¿La propuesta económica de este gobierno es la solución? Y si no lo es, ¿qué se debería hacer?

 

Las propuestas de este Gobierno solo pueden empeorar la situación. Además no son ecuánimes. La abolición de la reforma de las pensiones, por ejemplo, la pagarán los jóvenes que son los verdaderos desfavorecidos en Italia. La cuestión de fondo es que Italia necesita políticas activas que creen empleo, y un empleo de calidad, tanto en el corto y medio plazo -políticas industriales, para las inversiones, reformas del sistema administrativo y de la justicia- como en el largo  -educación, investigación, innovación-. Para frenar el declive, debería reorientarse el modelo de desarrollo hacia sectores de alta innovación, como en cualquier país desarrollado. En Italia, en cambio, se está haciendo justo lo contrario: empeorar los problemas históricos, intentando cautivar a los electores con un poco de gasto corriente financiado a través del déficit. ¡Como la deuda la pagarán las generaciones futuras...! Ahora los italianos estamos pagando las decisiones insensatas que tomó la clase dirigente en los años ochenta.

 

Uno de los nudos no resueltos de Italia es la cuestión meridional. El M5E obtuvo millones de votos en el sur del país, y en algunas regiones se acercó al 50%. ¿Qué ha ofrecido a los ciudadanos del sur para obtener este apoyo?

 

En primer lugar, existe un problema de fondo, de tipo cultural: el Movimiento 5 Estrellas es portador de una visión anticientífica, populista y complotista, hostil a las clases dirigentes, frívola en su utopía palingenésica, que desde siempre, y sobre todo en los últimos quince años, encuentra terreno fértil en el sur de Italia. En este sentido, el Mezzogiorno era el lugar privilegiado para el M5E, además de la zona más vulnerable de toda Europa occidental: no es casualidad que sea el territorio económicamente más atrasado y con los niveles de capital humano y social más bajos. Y, ojo, que el sur de Italia suma el doble de habitantes de Grecia o Portugal. En segundo lugar, en el voto del pasado 4 de marzo, ha habido un fuerte elemento de hostilidad hacia la anterior mayoría de gobierno y particularmente hacia el expresidente del Consejo, Matteo Renzi. La gente ha votado a la oposición, sin más. En el sur, el M5E ha obtenido el consenso antisistema que en el norte ha ido a parar en gran medida a la Liga. Pero, el partido fundado por Grillo ha sido también el primer partido en todas las regiones del centro-norte donde la Liga es tradicionalmente más débil, como en Piamonte, Liguria, Emilia-Romaña o en las Marcas. En tercer lugar, el caballo de batalla de la campaña electoral del M5E, la renta de ciudadanía, tenía un atractivo muy fuerte en el sur, donde el nivel de desempleo, sobre todo juvenil, es el más alto de toda Europa occidental.

 

El Gobierno M5E-Liga goza de un consenso altísimo, superior al 60%, aunque no haya hecho aún nada concreto. ¿Cómo se explica?

 

En realidad, según los últimos sondeos, los 5 Estrellas han perdido algo, mientras que Salvini ha crecido, pasando del 17 a más del 30%. Así que la llamada "luna de miel", el periodo en el que los ciudadanos dan crédito al nuevo gobierno, ha favorecido sólo a la Liga.

 

¿Por qué?

Salvini es muy hábil a nivel mediático y ha elegido el área donde es más fácil recoger consenso demagógico: la inmigración. Además, está fagocitando a sus aliados del centro-derecha, Forza Italia y Hermanos de Italia, que están en sus horas más bajas. Hasta ahora, Salvini ha conseguido que se le perciba como el verdadero hombre fuerte del Gobierno. Dicho lo cual, es cierto que con la aprobación del Def los 5 Estrellas han tenido mucha más visibilidad, lo que les ha permitido subir un poco en los sondeos, quitando votos al centro-izquierda. Nada nuevo: desde los años setenta los italianos, también de izquierdas, han apoyado con su voto el gasto a través del déficit.

 

¿Qué futuro le ve a este Gobierno?

El consenso es bastante sólido y con este presupuesto se refuerza al menos a corto plazo. El año que viene, tras el previsible éxito en las europeas, Salvini podría convocar elecciones adelantadas, resucitar el centro-derecha y obtener una mayoría absoluta, convirtiéndose en primer ministro. Este es el único riesgo que veo para el futuro de este Gobierno. 

 

(*) Steven Forti es profesor asociado en Historia Contemporánea en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del Instituto de Historia Contemporánea de la Universidade Nova de Lisboa.


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